Una responsable de la organización de un acto que se va a celebrar el mes próximo en Pontevedra en conmemoración de la colección de poesía “Benito Soto”, debida a la iniciativa del inolvidable Sabino Torres, me llama para decirme que están contactando con familiares de los autores de dicha colección para intervenir en la lectura de poemas. Me pregunta si querría leer un poema del libro de Álvaro Cunqueiro “Dona do corpo delgado”. Le respondo con otra pregunta, si el recuerdo se extiende a la segunda etapa de la colección “Hipocampo amigo” en la que, por invitación de Sabino, publiqué mi segundo libro de poemas “poemas de la aceptación y mirada de Narciso”, en español. Su respuesta es que, aunque se procederá a la lectura de un poema de Cuña Novás “no van a leer poemas en “castellano”. Declino la invitación.-
Me reafirmo en mi decisión de no acudir a ningún acto cultural en Galicia en el que se excluya a cualquiera de las dos lenguas en que se expresa la cultura gallega, maternas ambas en nuestra nación. Que nunca en mi presencia se proceda a una mutilación cultural tan dramática de nuestra cultura que manca y deforma principalmente a sus mezquinos autores los cuales, en parte, buscan en aquella, un remedio para el saberse (la gran mayoría), carne y páginas de olvido.-
Es significativo el empleo constante por estos cativos inquisidores de la palabra “castellano” para facilitar el rechazo de lo escrito en español, por la fácil identificación de aquella con Madrid y lo que esta identificación implica. Nunca es un uso inocente.-
El español es una de las dos lenguas maternas de Galicia. Gallego y español, influenciándose recíprocamente en un proceso de siglos, expresan la cultura gallega al tiempo que la conforman y acrecientan. Como lo hacen, con sus respectivas culturas y, eventualmente, en unión de otras lenguas, el español de México, el de Argentina o el de Cuba. Españoles muy diferentes de muy diferentes culturas y sin perjuicio de los solapamientos y lazos evidentes. Como ocurre, de modo análogo, en el conjunto de culturas de lengua inglesa en todo el planeta.-
Recordemos, al margen, con D. Américo Castro, que la palabra “español” es forastera, no castellana.-
Nunca tan pocos, pero tan bien situados, han hecho tanto daño al país y a sus gentes: En el terreno cultural y en el socio-político. Han creado un falso conflicto lingüístico, provocando una mala conciencia lingüística en muchos, con sentimientos de culpabilidad. Un número decisivo de gallegos ha quedado apartado de la lucha política por la nación al no poder llevarla a cabo en español y no sentirse naturalmente capaces de renunciar a su lengua materna. Todos conocemos los resultados en la política: Imposibilidad, después de tantas décadas, de articulación de mayorías nacionalistas significativas, reducción del BNG a un lenguaje binario (cero/un diputado) y por ello desangrado en continuas escisiones, votación por los ciudadanos a otros partidos políticos que no les originan un conflicto lingüístico. Al final, sobre la etnia tan diferente que somos, la construcción nacional se derrumba una y otra vez, y veremos el éxito de otros procesos de construcción nacional en la península pasar ante nuestro fracaso. Y la razón decisiva de este fracaso es el problema de la lengua.-
Pero a nuestros políticos nacionalistas y, en general, a la inteligencia nacionalista (o galleguista) enemistada con el “castellano” este fracaso no le importa o no le importa demasiado, no, con tal de mantener una posición hegemónica en la red de infraestructuras culturales (cátedras, asociaciones, institutos, editoriales, prensa cultural…) que les permite un constante imponer, organizar, invitar y excluir. Añadamos la ocupación del espacio político nacionalista por partidos políticos monolingües.-
Así surge un relato (mítico en cuanto es el relato de una Galicia mítica) del que sus creadores son sus héroes, resistentes a todas las adversidades. El éxito o el fracaso se desliza a un segundo plano. Lo decisivo es mantener el monopolio de ese relato de una Galicia imaginada, e impedir que surja o se difunda una historia alternativa que ponga en cuestión a aquel y, todo hay que decirlo, los beneficios materiales que ampara.-
La lucha contra esta mafia debe ser implacable, a la altura de los sueños rotos, de los destrozos causados.-