Sólo en regiones liminares, en zonas fronterizas de estatuto incierto es posible el contacto entre dioses y humanos. Sólo así se evita el aniquilamiento que origina la contemplación directa del dios, pensemos en Semele.-
Urge, entonces, un inventario de estos lugares de posible encuentro que imagino dominados por las sombras y el silencio y en los que nuestros sueños manifiestan su más espléndida figura.-