Estos días se celebra en A Toxa “el foro La Toja” que según su impulsor, un conocido empresario hotelero, busca defender la vigencia del espacio atlántico (con su dieta, supongo) “un mundo de libertad y abierto que genera y distribuye riqueza de un modo equitativo al tiempo que garantiza la dignidad de cada ciudadano” un foro destinado a la exaltación de los valores del liberalismo, de la democracia liberal.-
En las fotos de “familia” que aparecen en los periódicos de estos días realmente no falta nadie. Se puede decir que es la foto del sistema, de los integrantes del sistema democrático liberal: Los dos principales partidos constitucionalistas, PP y PSOE, los exjefes de gobierno Rajoy y González, en afectuosa relación que preludia un posible gobierno de coalición (todo se andará), ministros y exministros que han cruzado las puertas giratorias para habitar mundos largamente soñados, representantes de empresas multinacionales, banqueros, economistas, políticos autonómicos y provinciales, arropados con entusiasmo por los medios, incluso hay algún intelectual que pone el perfume del “made in Harvard” entusiasta defensor de la vigencia del liberalismo y de sus logros fantásticos para la humanidad.-
Sí, todos están presentes o quizás no, se echa de menos la presencia de un militar o de un policía de alta graduación, al final, el argumento definitivo en la defensa de los derechos de las élites, de la permanencia de su sistema, es el fusil, por muchos claveles que lo vistan. También debería estar presente un obispo o un arzobispo que expusiera la coincidencia de las estrategias liberales y de los planes divinos que los legitiman (“Dios está con nosotros” Bush antes de ir a la guerra) Y al fin y al cabo, el apóstol navegó el Atlántico.-
Por supuesto que no podía estar ausente nuestro rey “el príncipe mejor preparado” según el mantra norcoreano que se le aplica a Felipe VI (es curiosa la historia, nefasta para Cataluña, de las relaciones de los felipes austríacos y borbónicos con aquella). Sito en el centro de la fotografía, preside la inauguración y proporciona a un par de ponentes el inmerecido honor de haber sido su distraído oyente. El Borbón pone una guinda suntuosa al encuentro, al tiempo que recibe, una vez más, el homenaje untuoso de sus fieles vasallos. Uno de ellos, el presidente gallego, alaba los puentes de comunicación e integración que alza la monarquía. De su intervención resulta un Felipe “pontifex maximus” como otrora Julio César.-
Economistas del sistema, también presentes, para los que los fenómenos económicos generados por aquel son inevitables, como los ciclones y pertenecen a la naturaleza de las cosas, tal la gramática generatriz, por lo que toda política económica digna de tal nombre tiene que tener en cuenta ese paisaje inamovible, condenan científicamente toda clase de programas airados o populistas, ya previamente expulsados de las nobles deliberaciones.-
En el curso del foro se discuten sabiamente los problemas que los anteojos de la democracia liberal, con su longitud de onda determinada, permiten identificar. Todo lo demás resulta invisible.-
Se habla mucho de China y se relativiza la dictadura del PCCH, insertándola en un confucionismo tradicional, asumido por la mayoría de la población. Se valora su papel en la creación de la riqueza mundial, una visión tranquilizadora que no contrasta en lo esencial con la de las grandes empresas multinacionales que comparan los instrumentos respectivos de control social, con ventaja para los instrumentos de manipulación de las democracias atlánticas respecto del un poco anticuado partido comunista chino. En su elogio de la democracia liberal, el fogoso universitario de Harvard sostiene que ese modelo es el camino más corto para el crecimiento económico y generar riqueza. Nunca hubo gentes más felices, afirmó, nunca esperanza de vida mayor, nunca fueron llamados a filas menos jóvenes para morir en las guerras. Alguien objetó en el coloquio las afirmaciones expuestas (pobreza de gran parte de la población mundial, incluso en el bendito espacio atlántico, muerte infantil por hambre o bajo las bombas fabricadas en aquel, desigualdad creciente en el reparto de la riqueza mundial, la no necesidad de llamar a filas por el uso de tecnologías asesinas manejadas por control remoto que masacran a las gentes de los otros espacios, donde tampoco hay necesidad de llamar a filas pues el frente está en todas partes.-
En definitiva, exportación de entropía desde el espacio atlántico a espacios dejados de la mano de Dios. Ese alguien, siempre es posible la introducción de un saboteador en la reunión más selecta, fue tratado de populista y retirado por los vigilantes que le proporcionaron un cariñoso saludo atlántico.-
Un diálogo cordial tuvo lugar entre los presidentes Rajoy y González sobre la geografía del centro integrador y de la cultura del pacto para el reparto de la tarta, sin egoísmos, entre poderosos, los “potentiores” del imperio romano tardío, con privilegios económicos y jurisdicción y penas particulares de su clase. Los “humiliores” de entonces son las humildes de hoy. Se puede ver que el avance histórico aportado por el espacio atlántico ha sido colosal.-
En la inauguración del foro pronunció “el príncipe mejor preparado” unas palabras hermosas y banales como solo los reyes tienen el secreto. Nada más finalizar fue imposible recordar lo que dijo. Precisamente la naturaleza de la oratoria real ha originado la aparición de unos glosadores o intérpretes que ponen de relieve el profundo significado del conjunto vacío, pero más allá de sus palabras, el rey presta al sistema un servicio invaluable: Su majestad, análoga al principio de jerarquía, un principio confuciano, asimilado profundamente por los chinos y que hoy encarna el PCCH. Jerarquía que cohesiona e integra y que educa en el respeto al poder. En el espacio atlántico, la majestad real escapa a las coyunturas electorales y ampara con su sombra al gobierno de turno e instala al mismo en una jerarquía no democrática que a los que la aceptan los convierte en vasallos, el equivalente del funcionario chino.-
Abundan los vasallos en esta provincia española del espacio atlántico ya que para muchos doblar la cabeza o la rodilla es una vocación, un momento inolvidable de sus vidas.-
Hubo emoción y aplausos en la lectura del mensaje enviado por el rey emérito, “el rey que no nos merecemos los españoles”, otro mantra de la escuela coreana. Juan Carlos se refería en él a su presencia como navegante en el Atlántico, “en este querido mar con cuyos frutos inagotables me complazco, en la compañía de mis queridos vasallos, en la corte provincial de la real villa de San Jenjo, a cuya protección me encomiendo y os encomiendo con fervor”.-
Finalmente la clausura del foro tuvo como protagonista al presidente del gobierno en funciones. En su intervención se mostró atlantista convencido y monárquico de siempre, lo que subrayó, con respetuosa reverencia al éste, en dirección a la Zarzuela. Convencido de su éxito electoral vio grandes perspectivas de finalizar con el bloqueo político y de la posibilidad de acuerdos y pactos con la derecha, en línea con lo dialogado entre los expresidentes, y que lo librarán de las exigencias de su socio preferente y de la fuerza de gravedad del cinturón de asteroides nacionalistas a los que amenazó enérgicamente con versiones mejoradas de las tecnologías de control remoto 155 y LGSE, que fueron muy admiradas por los asistentes. En sus últimas palabras agradeció a jueces y tribunales el apoyo decisivo a su gobierno en la defensa del espacio atlántico. Según Sánchez, nunca, salvo quizá en la fecha de unificación de Fet y de las Jons, se había producido una identificación tal de los poderes del estado en la lucha contra el terrorismo político que “intenta quebrar nuestra democracia liberal, protagonista reconocida de la articulación atlántica”. Un aplauso prolongado brotó del público entusiasmado, en su mayoría empresarios. Algún “Franco, Franco” voló leve antes de desvanecerse, arrollado por la consigna ruidosa “PP, PSO.É, CO.Á.-LI.CIÓN”.-
Un vino atlántico cerró el foro del cual tuvieron que retirar indispuesto por ebriedad al hombre de Harvard, ebriedad originada no se sabe si por los alcoholes atlánticos o por la felicidad que invade a los creyentes en las democracias homónimas. En su bolsillo dormitaba feliz un generoso cheque atlántico. El empresario hotelero promotor del foro aprovechó los cordiales sentimientos de la ocasión para distribuir entre los distinguidos atlantistas un mapa de sus hoteles, “todos puro atlantismo” con tarifas especiales.-
En resumen, unas jornadas inolvidables, que olvidaron sin pesar los asistentes al regresar volando, sobre el río del olvido.-