OCTUBRE, 8 FORO LA TOJA

Estos días se celebra en A Toxa “el foro La Toja” que según su impulsor, un conocido empresario hotelero, busca defender la vigencia del espacio atlántico (con su dieta, supongo) “un mundo de libertad y abierto que genera y distribuye riqueza de un modo equitativo al tiempo que garantiza la dignidad de cada ciudadano” un foro destinado a la exaltación de los valores del liberalismo, de la democracia liberal.-

            En las fotos de “familia” que aparecen en los periódicos de estos días realmente no falta nadie. Se puede decir que es la foto del sistema, de los integrantes del sistema democrático liberal: Los dos principales partidos constitucionalistas, PP y PSOE, los exjefes de gobierno Rajoy y González, en afectuosa relación que preludia un posible gobierno de coalición (todo se andará), ministros y exministros que han cruzado las puertas giratorias para habitar mundos largamente soñados, representantes de empresas multinacionales, banqueros, economistas, políticos autonómicos y provinciales, arropados con entusiasmo por los medios, incluso hay algún intelectual que pone el perfume del “made in Harvard” entusiasta defensor de la vigencia del liberalismo y de sus logros fantásticos para la humanidad.-

            Sí, todos están presentes o quizás no, se echa de menos la presencia de un militar o de un policía de alta graduación, al final, el argumento definitivo en la defensa de los derechos de las élites, de la permanencia de su sistema, es el fusil, por muchos claveles que lo vistan. También debería estar presente un obispo o un arzobispo que expusiera la coincidencia de las estrategias liberales y de los planes divinos que los legitiman (“Dios está con nosotros” Bush antes de ir a la guerra) Y al fin y al cabo, el apóstol navegó el Atlántico.-

            Por supuesto que no podía estar ausente nuestro rey “el príncipe mejor preparado” según el mantra norcoreano que se le aplica a Felipe VI (es curiosa la historia, nefasta para Cataluña, de las relaciones de los felipes austríacos y borbónicos con aquella). Sito en el centro de la fotografía, preside la inauguración y proporciona a un par de ponentes el inmerecido honor de haber sido su distraído oyente. El Borbón pone una guinda suntuosa al encuentro, al tiempo que recibe, una vez más, el homenaje untuoso de sus fieles vasallos. Uno de ellos, el presidente gallego, alaba los puentes de comunicación e integración que alza la monarquía. De su intervención resulta un Felipe “pontifex maximus” como otrora Julio César.-

            Economistas del sistema, también presentes, para los que los fenómenos económicos generados por aquel son inevitables, como los ciclones y pertenecen a la naturaleza de las cosas, tal la gramática generatriz, por lo que toda política económica digna de tal nombre tiene que tener en cuenta ese paisaje inamovible, condenan científicamente toda clase de programas airados o populistas, ya previamente expulsados de las nobles deliberaciones.-

            En el curso del foro se discuten sabiamente los problemas que los anteojos de la democracia liberal, con su longitud de onda determinada, permiten identificar. Todo lo demás resulta invisible.-

            Se habla mucho de China y se relativiza la dictadura del PCCH, insertándola en un confucionismo tradicional, asumido por la mayoría de la población. Se valora su papel en la creación de la riqueza mundial, una visión tranquilizadora que no contrasta en lo esencial con la de las grandes empresas multinacionales que comparan los instrumentos respectivos de control social, con ventaja para los instrumentos de manipulación de las democracias atlánticas respecto del un poco anticuado partido comunista chino. En su elogio de la democracia liberal, el fogoso universitario de Harvard sostiene que ese modelo es el camino más corto para el crecimiento económico y generar riqueza. Nunca hubo gentes más felices, afirmó, nunca esperanza de vida mayor, nunca fueron llamados a filas menos jóvenes para morir en las guerras. Alguien objetó en el coloquio las afirmaciones expuestas (pobreza de gran parte de la población mundial, incluso en el bendito espacio atlántico, muerte infantil por hambre o bajo las bombas fabricadas en aquel, desigualdad creciente en el reparto de la riqueza mundial, la no necesidad de llamar a filas por el uso de tecnologías asesinas manejadas por control remoto que masacran a las gentes de los otros espacios, donde tampoco hay necesidad de llamar a filas pues el frente está en todas partes.-

            En definitiva, exportación de entropía desde el espacio atlántico a espacios dejados de la mano de Dios. Ese alguien, siempre es posible la introducción de un saboteador en la reunión más selecta, fue tratado de populista y retirado por los vigilantes que le proporcionaron un cariñoso saludo atlántico.-       

            Un diálogo cordial tuvo lugar entre los presidentes Rajoy y González sobre la geografía del centro integrador y de la cultura del pacto para el reparto de la tarta, sin egoísmos, entre poderosos, los “potentiores” del imperio romano tardío, con privilegios económicos y jurisdicción y penas particulares de su clase. Los “humiliores” de entonces son las humildes de hoy. Se puede ver que el avance histórico aportado por el espacio atlántico ha sido colosal.-

            En la inauguración del foro pronunció “el príncipe mejor preparado” unas palabras hermosas y banales como solo los reyes tienen el secreto. Nada más finalizar fue imposible recordar lo que dijo. Precisamente la naturaleza de la oratoria real ha originado la aparición de unos glosadores o intérpretes que ponen de relieve el profundo significado del conjunto vacío, pero más allá de sus palabras, el rey presta al sistema un servicio invaluable: Su majestad, análoga al principio de jerarquía,  un principio confuciano, asimilado profundamente por los chinos y que hoy encarna el PCCH. Jerarquía que cohesiona e integra y que educa en el respeto al poder. En el espacio atlántico, la majestad real escapa a las coyunturas electorales y ampara con su sombra al gobierno de turno e instala al mismo en una jerarquía no democrática que a los que la aceptan los convierte en vasallos, el equivalente del funcionario chino.-

            Abundan los vasallos en esta provincia española del espacio atlántico ya que para muchos doblar la cabeza o la rodilla es una vocación, un momento inolvidable de sus vidas.-

            Hubo emoción y aplausos en la lectura del mensaje enviado por el rey emérito, “el rey que no nos merecemos los españoles”, otro mantra de la escuela coreana. Juan Carlos se refería en él a su presencia como navegante en el Atlántico, “en este querido mar con cuyos frutos inagotables me complazco, en la compañía de mis queridos vasallos, en la corte provincial de la real villa de San Jenjo, a cuya protección me encomiendo y os encomiendo con fervor”.-

            Finalmente la clausura del foro tuvo como protagonista al presidente del gobierno en funciones. En su intervención se mostró atlantista convencido y monárquico de siempre, lo que subrayó, con respetuosa reverencia al éste, en dirección a la Zarzuela. Convencido de su éxito electoral vio grandes perspectivas de finalizar con el bloqueo político y de la posibilidad de acuerdos y pactos con la derecha, en línea con lo dialogado entre los expresidentes, y que lo librarán de las exigencias de su socio preferente y de la fuerza de gravedad del cinturón de asteroides nacionalistas a los que amenazó enérgicamente con versiones mejoradas de las tecnologías de control remoto 155 y LGSE, que fueron muy admiradas por los asistentes. En sus últimas palabras agradeció a jueces y tribunales el apoyo decisivo a su gobierno en la defensa del espacio atlántico. Según Sánchez, nunca, salvo quizá en la fecha de unificación de Fet y de las Jons, se había producido una identificación tal de los poderes del estado en la lucha contra el terrorismo político que “intenta quebrar nuestra democracia liberal, protagonista reconocida de la articulación atlántica”. Un aplauso prolongado brotó del público entusiasmado, en su mayoría empresarios. Algún “Franco, Franco” voló leve antes de desvanecerse, arrollado por la consigna ruidosa “PP, PSO.É, CO.Á.-LI.CIÓN”.-

            Un vino atlántico cerró el foro del cual tuvieron que retirar indispuesto por ebriedad al hombre de Harvard, ebriedad originada no se sabe si por los alcoholes atlánticos o por la felicidad que invade a los creyentes en las democracias homónimas. En su bolsillo dormitaba feliz un generoso cheque atlántico. El empresario hotelero promotor del foro aprovechó los cordiales sentimientos de la ocasión para distribuir entre los distinguidos atlantistas un mapa de sus hoteles, “todos puro atlantismo” con tarifas especiales.-

            En resumen, unas jornadas inolvidables, que olvidaron sin pesar los asistentes al regresar volando, sobre el río del olvido.-

OCTUBRE 3 MELANESIA

Leo unos libros excelentes de especialistas franceses e ingleses sobre las sociedades de Melanesia y su situación lingüística con el acento puesto también en las condiciones socioeconómicas en las que apareció el pidgin hace cerca de doscientos años que permitió la comunicación entre los europeos (fundamentalmente ingleses y franceses) y los melanesios y también en el seno de los mismos, al relacionarse unos con otros como efecto de la colonización. Téngase en cuenta que en el espacio se hablaban (y aún se hablan en gran número) unas novecientas lenguas, papúes y austronésicas (estas últimas comprenden las malayopolinesias y las melanesias). En el llamado “arco melanesio” constituido por Papuasia-Nueva Guinea, Islas Salomón y Vanuatu (y también Nueva Caledonia, aunque aquí el piogin fue ahogado por el francés) surgió una lengua lexificada por el inglés en más del ochenta por ciento pero de gramática melanesia que se ha convertido en la lengua común de los melanesios de los tres estados independientes, con tres variantes entre las que hay intercomprensión, salvo algún desconocimiento inicial, fácilmente superable (más o menos como ocurre entre el malayo y el indonesio): “Tok pisin” de Nueva Guinea, “pijin” de Salomón y “bislama” de Vanautu. Esta lengua que como dicen en Vanuatu “bislama blong yumi ol man melanisia” (la lengua de todos los melanesios) ha tenido un éxito extraordinario, convirtiéndose en la lengua materna de la mayoría de sus habitantes o por ellos aprendida, transmitida luego a sus descendientes. Es la lengua de instalación en el mundo, como para nosotros el gallego o el español. Y lengua sin la que no hay promoción social posible. Un no hablante de cualquiera de sus variantes, V.G., habitante anciano de una aldea perdida, es un “buskanaka” o un “busman” (literalmente hombre del bosque o de la maleza). Lengua de evolución dinámica y enormemente rica, es una auténtica  lengua melanesia por su gramática, aunque gran parte de su vocabulario es de origen europeo, fundamentalmente inglés, con una gran simplificación de la fonética original adaptada a las lenguas vernáculas. También hay un componente importante de vocabulario melanesio procedente de lenguas diversas.

            Como decía un anciano haitiano, hablando del creol de su país, éste es la lengua en que habla la verdad, en la que se expresan los sentimientos sinceros. El francés o el inglés, necesarios para gran parte de la vida pública y oficial y las relaciones internacionales, son ajenos a esta intimidad africana de Haití u Oceánica.-

            Siempre me ha admirado la existencia de nombres geográficos y étnicos griegos en el Índico Oriental y en el Pacífico y más aún la apropiación por los nacionalistas del área, de los mismos. Es el caso de Indonesia (el famoso juramento de la juventud “satu bangsa, bangsa indonesia” (una nación, nación Indonesia) o de Melanesia (Islas de Negros) del mismo modo que proliferan en el área los nombres de origen español (Filipinas, Islas Salomón, Marianas, Marquesas) e ingleses y franceses, atribuidos por los navegantes que las descubrieron. Fantaseo con navegaciones de los héroes griegos (Ulises, Jasón y los Argonautas) navegando, más allá de la India y descubriendo la Polinesia (las muchas islas).-

            También es admirable la historia de los navegantes de lenguas polinesias que en unión de sus parientes lingüísticos malayos y melanesios, configuraron un espacio lingüístico gigantesco, en más del noventa por ciento pobladores de islas, desde las montañas de Taiwan y Filipinas hasta Nueve Zelanda y desde Madagascar hasta Hawái e Isla de Pascua.-

            Por cierto el nombre Maorí de la isla norte de Nueva Zelanda significa “larga nube blanca”. Según la historia tradicional la esposa de Kupe, el descubridor que iba en la piragua que encabezaba la flota que partiera de Tahití, vió y exclamó “una nube” luego precisó “blanca” y finalmente “larga” sobre la tierra que aparecía en el horizonte y ese fue su nombre.-

            Volvamos a dejar volar la imaginación: un océano del origen del mundo, un planeta de agua sin historia. Es algo más de mediodía. Ra, el sol, en lo alto del cielo. El aire embaraza las velas de la flotilla. Un pueblo de bronce, fatigado pero feliz, observa la costa de una tierra virgen que van a poblar y nombrar por vez primera: “nube, blanca, larga, ao.tea.roa”.-

OCTUBRE, 1

Nuevas elecciones, el 10 de noviembre. No creo que haya dudas de que siempre fueron queridas por el PSOE. Las ofertas a U.P. lo fueron en modos y tiempos que llevaron al rechazo. Desde el punto de vista del PSOE, un gobierno de coalición con Podemos era muy difícil de pensar, por la sentencia del Supremo pendiente y el temor a la reacción de su “socio preferente”, con el espectáculo de una división del gobierno, inestabilidad y pérdida de eficacia en la acción.

Ahora afronta en funciones dicha sentencia y la reacción independentista contra la misma y seguramente espera P. Sánchez que una exhibición de firmeza en la posible crisis, con aplicación en su caso de medidas duras de control, aumentará sus posibilidades electorales y el abanico de los socios posibles en la necesidad más que probable de un gobierno de coalición.

Realmente hizo bien U.P. en no apoyar con sus votos (y sin nada a cambio) la investidura de Sánchez. Contra lo que se ha dicho, el PSOE los hubiera aceptado encantado, tendría una posición más sólida que ahora y podría llevar a cabo una política de “geometría variable” (así se dice hoy, de manera excesiva). Según las medidas propuestas, contar con el apoyo de una u otra bancada y abrir puentes en relación a la derecha. Y siempre podría convocar elecciones con mejores argumentos que los de la presente convocatoria.

En general, Pablo Iglesias y U.P. no han estado muy acertados en la negociación con el PSOE. Lo primero de todo, empeñarse en un gobierno de coalición que comprometería su libertad de actuación política en relación con Cataluña. Las explicaciones y argumentos de sus dirigentes, de aceptación de las decisiones de una mayoría gubernamental, son incoherentes y absurdas, incluso carecen de la más mínima ética y estética por ir en contra de su ideario político y de lo que defienden sus votantes. Hasta Errejón declaró que en caso de un 155 del PSOE no acompañarían a ese partido. Un típico oportunismo del líder de Podemos que aceptó un veto (aceptación indigna por mucho que la presentase, siempre con melodía histriónica, como sacrificio por la estabilidad del país). Llegado el caso de una grave confrontación con el gobierno de la “Generalitat” está claro que Podemos se desmarcaría del PSOE y provocaría una crisis de gobierno, con salida incluso del mismo. Iglesias no es de fiar.

Era preferible pactar un programa de profundas reformas y con instrumentos para vigilar su cumplimiento. No empeñarse en un gobierno de coalición en el cual Podemos tenía todo que perder y nada que ganar. No se puede traer a colación a nivel del Estado el ejemplo, v. g., de Alemania donde conservadores y socialistas, y no solo ellos, están profundamente anclados en el sistema, lo que no parece ser el caso de Podemos. Si no se lograba un acuerdo de reformas efectivas, el PSOE quedaría frente a sus contradicciones y Podemos se abstendría con toda tranquilidad para dejar paso a nuevas elecciones.

El PSOE nunca se hubiera planteado la alianza con Podemos ni calificado de socio prioritario o resaltar el trabajo realizado con él, durante los meses siguientes a la moción de censura, si Ciudadanos no hubiera sufrido la deriva a la derecha conocida y no se hubiera negado a pactar con Sánchez. Siempre fue Ciudadanos el socio anhelado del PSOE con el actual secretario general, un gobierno de dos partidos del sistema, uno de centro-derecha, otro de centro-izquierda, lo ideal. Un gobierno moderado, idóneo para una feliz presentación en Europa. Podemos no fue más que el novio aceptado por despecho, ante el desaire de Ciudadanos. La finalidad de la moción de censura por el PSOE fue solamente alcanzar el poder, poder inalcanzable por vía electoral, visto el declive constante en el número de escaños obtenidos. Instalado en el gobierno era más fácil generar una dinámica que favoreciese al PSOE, como así ocurrió en las últimas elecciones generales y volvió a ocurrir en las autonómicas y municipales. Logrado el triunfo que es necesario matizar tanto a nivel del Congreso (un treinta y cinco por ciento de los escaños, pese a impulsar las elecciones desde el gobierno) como a nivel de comunidades y municipios (poder acrecido por los diversos gobiernos de coalición) y valorar también la importancia de una debilidad coyuntural de la derecha y de su fragmentación, logrado el triunfo, repito, el PSOE muestra su auténtico rostro, como veremos luego. Ya durante los meses previos a las últimas elecciones, y gozando del apoyo de la mayoría que votó la moción de censura, las medidas adoptadas fueron modestas y nada decisivo fue modificado, salvo el salario mínimo y gracias al empeño de Podemos. Las conversaciones con los dirigentes catalanes fueron solo eso, conversaciones y buenas palabras.

Pero por debajo de la marejada que riza el viento, el PSOE tiene una línea constante de actuación, desde la transición hasta hoy. Todo lo demás son anécdotas. Y precisamente un factor distorsionante de la política española es lo que podemos llamar la esquizofrenia del PSOE, el abismo entre el PSOE – partido del gobierno, y el PSOE – candidato electoral y en general, entre su práctica real y la imagen ofrecida por su propaganda. Y cuando hablo de PSOE y de su constante rumbo no hablo de un número mayor o menor de sus militantes que están o pueden estar a la izquierda de sus dirigentes, sino de éstos, de sus cúpulas a todos los niveles. Preguntaba recientemente un político en el Congreso, cuál sería el PSOE con el que se encontraría. La respuesta es fácil, con el PSOE de siempre, con el PSOE profundo, pilar inamovible del sistema, en unión de los conservadores. A los militantes de la izquierda, a los ciudadanos honestos e idealistas siempre decepcionará y traicionará el PSOE. Los líderes del mismo, desde el fin del franquismo han eliminado y marginado a sus pocos políticos dignos del nombre de socialistas y todo el mundo conoce lo ocurrido con las proclamas del partido en el comienzo de la transición.

Cuidado, de lo dicho no cabe deducir una identidad de la galaxia conservadora y el PSOE (según grita la conocida consigna). No. Es un grave error y con graves consecuencias esa identificación. Pero es preciso tener claro lo que puede ser exigido al PSOE. Desde la izquierda, poco, aunque importante en materias de libertad de expresión, educación, sanidad, feminismo y dependencia. Pero si hacen falta medidas enérgicas para limitar los abusos de las eléctricas, banca y otros oligopolios o imponer definitivamente el laicismo (lo que supone enfrentarse a la Iglesia universal) o pensar y articular la plurinacionalidad del Estado, el PSOE desaparece. Una cosa, como ya dije, es el PSOE electoral, con la mirada enrojecida por el deseo de poder, la camisa remangada de Camarón, puño cerrado, a veces, canto de La Internacional (lo que es increíble) sus apreciaciones de los poderes fácticos y sus presiones (Sánchez Dixit), su alma republicana. Y otra, instalado en el poder, el encorbatamiento de ejecutivo responsable, las puertas giratorias, el “business friendship” de Sánchez, el amigo americano, el progresismo de avanzar en la circunferencia, la defensa de una mítica nación española y de una constitución” que nos hemos dado entre todos” y el paso de un juancarlismo no monárquico a defensor de una monarquía parlamentaria “que ha asegurado a los españoles algunos de los años más felices de su historia”.

Por eso la izquierda debe tratar al PSOE como lo que es y será siempre: un partido de centro, es decir, de derecha moderna y progresista, muy alejado de la social democracia, próximo a Ciudadanos antes de su reciente evolución. A su derecha, toda la derecha conservadora del PP y hoy, Ciudadanos. Dicho al paso, fuera de la coyuntura política PP y VOX son lo mismo. El PP, una derecha reprimida, y VOX, una derecha desinhibida, por haber visitado al psicoanalista.

Un psicoanálisis le vendría también al PSOE para que pudiera cancelar esa imagen que tiene de sí mismo y con la que se presenta, que no todo en ella es mentira cínica y engaño consciente sino una falsa autorrepresentación. Verían así el carácter mítico de la historia de su partido desde la transición, en su momento el más corrupto de la historia española con la dirección de la Guardia Civil, el BOE, el Ministerio del Interior, Filesa… Infectados una avalancha de lodo sobre el PSOE y las instituciones. Por no mencionar el GAL y la guerra sucia contra ETA, con sus secuestros y asesinatos, sus episodios de cal viva e indultos a los asesinos de Intxaurrondo. Reciente Felipe González declaraba sobre los “horrores” de la Venezuela de Maduro y los comparaba con los de la Alemania nazi. “Nadie podrá alegar en el futuro que no sabía nada” añadió. Pero él mismo alegó ignorancia sobre el GAL, imposible ignorancia por cierto. Luego las “puertas giratorias” y el enriquecimiento de los líderes del PSOE, empezando por Felipe, manipulación y reparto de puestos con el PP, del consejo del poder judicial y del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional: sobrevolemos la corrupción del PSOE cuando toca poder (v.g. Andalucía) su incapacidad, ya aludida para avanzar en el laicismo, para derogar las leyes de reforma laboral y “mordaza” para impulsar la reforma de la justicia, para poner orden en la problemática de la inmigración (simplemente, para la retirada material de las llamadas “concertinas”). La lista de asuntos pendientes es inacabable.

Pero es que, además, esta falsa auto imagen tiene graves consecuencias, impulsa al PSOE a buscar aliados donde no los puede encontrar y a rehuir a los que podrían ser sus socios. Ésta es una de las fuentes del bloqueo político. Qué sano para la salud política del PSOE, (y para los ciudadanos en general) que se atreviera a salir del armario y aceptara sin reservas lo que ya todos conocen, su “sexualidad de derechas”.

Un terreno muy importante, de importancia decisiva en los próximos meses y en los años que vienen para el país es la cuestión territorial, protagonizada hoy por Cataluña, mientras otros actores esperan entrar en la escena. Cualquier observador imparcial, vivido y estudiado el país, reconocería la existencia en España de naciones varias, amén de alguna en formación. No es necesario enumerarlas. Una tectónica de placas, hablando metafóricamente, que produce terremotos políticos (y no sólo políticos) en la articulación constitucional de Estado y en las sociedades peninsulares. La Constitución “que nos hemos dado los españoles” ha obviado la geología política de la Península. Las placas chocan entre sí (la placa catalana con la española) o montan sobre otra (la placa vasca sobre Navarra) con los consiguientes accidentes geopolíticos. Edificar sobre un paisaje geopolítico negado, no puede servir de base para estabilidad jurídico-política alguna, es aceptar devastadores fenómenos en el futuro que ya ha empezado. Sin embargo la derecha (monolítica y sin contradicciones en su constante rechazo a la pluralidad nacional del país) y el PSOE niegan esa realidad geopolítica.  Sí, el PSOE también, no menos firme que PP, VOX, o Ciudadanos, pese a una historia retórica que ha transcurrido de más a menos, defensa de la autodeterminación al comienzo de la transición, negación posterior de la existencia de ese derecho, LOAPA, hasta llegar al actual secretario general (nación como sentimiento, nación cultural, alguna vez, casi en voz baja, reconocer una plurinacionalidad con letras minúsculas, subsumida inmediatamente en una nación de naciones, que no se conceptualiza, enorme contradicción y mayor tontería, que implica una nación adulta, España, llevando de la mano a unas tiernas naciones infantiles, sin voz ni voto en el concierto de los mayores, nunca una nación como Cataluña al lado de una nación española, en plano de igualdad dentro de un Estado que articula la pluralidad de naciones.

Derecha y PSOE están de acuerdo en esa visión mítica de una única nación española, de una única historia española y de un castellano hegemónico que tolera mal y no reconoce en su total dimensión los otros idiomas nacionales, incluidos sus españoles diferentes. Visión para mayor inri filtrada por Madrid, el supremo indio jíbaro que reduce y jibariza cualquier atisbo de complejidad para saborearla, diluida.

La derecha (a estos efectos no es necesario mencionar expresamente al PSOE) niega que haya un problema político entre el Estado y Cataluña, sería reconocer la tectónica de placas, solamente un problema de convivencia entre catalanes, irresponsables y alocados ciudadanos que necesitan la vigilancia del Estado y su corrección por la ley.

Coherentemente, Sánchez, Rivera y Casado (por personalizar en los líderes la corriente que navegan) afirman que los derechos no se predican de los territorios (una contradicción incluso con el ordenamiento actual autonómico) sino de los ciudadanos libres e iguales. Una posición dentro del liberalismo que ya ha sido abandonada por los mejores teóricos del mismo que reconocen que donde hay espacios políticos cualitativamente diferentes, el único ejercicio posible de los derechos individuales es en el marco nacional, desde el reconocimiento de derechos colectivos que modulan, enriquecen y diferencian sus derechos civiles, la libre expresión en su lengua nacional, el alcance de su voto… únicamente posibles en un Estado propio.

Pero la derecha piensa que habita en espacio cualitativamente diferenciado como español, por ello no ve sentido alguno en plantear y reconocer un problema de derechos nacionales. Con el reconocimiento de los derechos individuales de los ciudadanos ha sido superado el franquismo y la dictadura, ha llegado la democracia. Permanece ingenuamente (o no ingenuamente), con más de doscientos años de retraso, en el horizonte de la revolución francesa (libertad, igualdad, fraternidad, usadas como martillo sobre las bretañas de la época en Francia) que ha conducido al casi ahogamiento en la “République”) de las identidades nacionales (pero, pese a quien pese, esa no es afortunadamente nuestra historia).

Y así cuando se intenta ejercitar por los ciudadanos sus derechos colectivos se dice, como en el franquismo, que cada uno puede pensar lo que quiera (curiosa defensa del pensamiento eunuco, carente de virtualidad práctica) pero ojo, se comete delito si con la acción se infringe la ley, una ley democrática que niega los derechos colectivos como la ley dictatorial, los individuales. En ambos casos, para el poder y los tribunales hay delincuentes donde en realidad solo hay presos políticos. Y reflexionemos que la naturaleza parcialmente dictatorial de la constitución no se limita al no reconocimiento de los derechos colectivos de los diversos nacionales y a la represión de su ejercicio, sino que todo el conjunto de los derechos civiles individuales resulta afectado y contaminado por la represión porque, como fue ya expuesto, los derechos individuales de los ciudadanos no se ejercitan en el vacío sino en un marco nacional determinado, no se pueden aislar unos de otros. Se extiende así una legislación que recuerda tiempos pasados (por ejemplo, la Ley Mordaza), se multiplican ridículos delitos de odio y ofensa a sentimientos religiosos e instituciones, florecen con vigor una legislación antiterrorista con una interpretación expansiva y desproporcionada de lo que es terrorismo y con penas de cárcel desmesuradas (Alsasua), sobre todo un conjunto de decisiones y de prácticas, administrativas y judiciales que comprometen gravemente la vida política de los ciudadanos (“no se meta en política” diría Franco) y que deterioran, no menos gravemente, la democracia.

Tengamos en cuenta que hoy, en lo que se llama, complacidamente, aldea global con la revolución tecnológica digital y las comunicaciones instantáneas, el uso de la fuerza dictatorial para controlar una sociedad es algo arcaico y a medio plazo, ineficaz. Mucho más sutil y con resultados mejores y permanentes, es la represión disfrazada de aplicación de una legislación democrática, acompañada de la enorme capacidad de manipulación al alcance hoy del poder, de sus poderes, unánimes en la defensa del sistema, apoyados en la misma por la inmensa mayoría de los medios audiovisuales de todo tipo, miembros reconocidos, o que aspiran a serlo del sistema.

Por eso hay que reaccionar y decir bien claro, como decía el secretario general del PNN “que ni por el forro somos españoles” somos gallegos, catalanes, vascos… con nuestras culturas y lenguas, catalán, vasco, gallego y nuestros españoles diferentes, con nuestras propias historias, todo ello define nuestras identidades y aspiraciones nacionales. Lo que no implica automáticamente la independencia, la posibilidad de una Confederación existe, a través de la cual canalizar, que no impedir la presencia directa en Europa de nuestros Estados nacionales y de sus intereses irrenunciables.

Y el corolario resulta la ajenidad de una cultura de base castellanoandaluza, destilada en Madrid, de una historia y un castellano particulares que si se imponen a la generalidad convierten a la España oficial en una “cárcel de los pueblos” o, si se prefiere (aunque no pienso que lo anterior sea pura retórica) en un juez de vigilancia que mantiene a las naciones en detención domiciliaria, como “idiotas” en el significado griego, lejos del ágora, de la plaza pública.

SEPTIEMBRE, 28

En un agradable jardín, temperado por un sol en la madurez de un comienzo de otoño, y envueltos en la cordialidad de un pequeño grupo de amigos gozamos de la hospitalidad de la anfitriona V., encantadora en el despliegue de su inteligencia, de su bondad y de su simpatía. Además, magnífica experta en la cocina donde hoy ha preparado unos platos de mi devoción. Se podía probar un bacalao al ajo arriero, una lengua de ternera con cuscús, unas carrilleras, un revuelto de sesos con huevo y perejil… Todos deliciosos y que me hicieron revivir sensaciones de la infancia, especialmente los sesos que no los probaba desde muy niño, preparados por mi madre. Qué placer ver y saborear esa tortilla de hondo amarillo coloreada por el picante. Confieso mi placer, exclusivo, con los sencillos productos tradicionales y que no me interesan todos los desenvolvimientos y desarrollos tendentes a lo complejo en las preparaciones culinarias, con aplicación de “investigaciones científicas”. Absurda la consideración como artistas de los grandes cocineros, saludados como tales por unos críticos que se toman en serio y se consideran, como me decía un larpeiro inocente, gastrónomos, es decir “intelectuales del vientre” (palabras literales) y que consiguientemente escriben textos insoportablemente hiperbólicos y con frecuencia ridículos en sus reflexiones filosóficoliterarias.

Un buen cocinero debe darse por satisfecho con ser considerado un buen artesano, con sólidas raíces en una tradición, parte importante de una cultura y de su historia. Volviendo al convite que originó estas líneas, apareció un pastel ruso como clausura, que me llevó, no sé si equivocadamente, a los círculos de emigrantes rusos en la Europa de los años veinte.

Cerraba ya el sol sus puertas cuando también nosotros nos retiramos, contentos y agradecidos por un día de tal calidad, que pasa a formar parte de mi particular “libro de horas” lleno también de los sabores que prendieron irrevocables en el paladar de la infancia.

Realmente me parecen decisivos los olores y los sabores primeros a los que nos acostumbramos, en mi caso particular, al inventario inicial de los mismos, apenas añadí alguno con carácter permanente. Las pasiones antiguas siguen siéndolo y lo que entonces rechazaba o me resultaba indiferente, continúa rechazado o sin atractivo. Es el sistema del olfato y del gusto, con su número limitado de unidades constituyentes que apenas sufre cambios en el curso de una vida. Es una lengua materna como lo es la lengua que escuchamos y aprendimos desde que nacimos. A lo largo de los años estudié múltiples sistemas fonológicos y aunque comprendidos sus puntos y modos de articulación, jamás pude pronunciar correctamente, ni de lejos, un fonema que no perteneciese al gallego (con sus rasgos pertinentes correspondientes) y de la misma forma, incluso hablando en español, mantengo las distinciones de e y o, abiertas y cerradas, es decir siete vocales. Y no menciono los prosodemas, la melodía o “acento” gallegos por los que me decían cuando vivía en las castillas que era “andaluz del poniente”. Es hermoso poseer estas raíces gustativas y melódicas, estas raíces de planta que colorean imborrables nuestra visión del mundo.

SEPTIEMBRE, 26

Leo en un libro dedicado a los pidgins y creoles, editado en 1995 en Ámsterdam y Filadelfia, conjunto de colaboraciones de varios autores, breves noticias sobre lenguajes mixtos, jergas o pidgins (su estatuto no resulta claramente de aquellas, en todo caso, un pidgin no extendido) que fueron empleados por los marineros vascos que faenaban en Islandia y Norteamérica, para comunicarse con las gentes que habitaban las costas de los mares por ellos visitados. Por ejemplo, durante el período 1550-1650 en New Found Land (Terranova) y golfo de San Lorenzo se utilizó un pidgin vasco-montañés (indios montañeses). Y a fines del siglo XVI y comienzos del siglo XVII, otro vasco-micma en S.E. del Canadá. No trae el estudio ejemplos de oraciones y por ello no resulta cuál es la lengua lexificadora y a cuál pertenece la gramática. Pero sí trae breves ejemplos de otras jergas o pidgins utilizadas por los pescadores vascos, concretamente de lo que denomina vasco-islandés utilizado en el s. XVII en las aguas de Islandia. En realidad, del ejemplo que muestra resulta un pidgin anglo-vasco en el que el vocabulario común es vasco (lengua lexificadora) y la gramática, germánica. Seguramente el inglés de los marineros británicos del mar del Norte no era desconocido a los islandeses. El texto vasco dice: eman (dar) ieza.da.zu (aux. imperativo. A mí. Tú) (dame) esne bero.a (leche caliente. Determinativo) eta (y) gurin berri. a (manteca o grasa reciente o nueva. Determinativo).

El texto del pidgin: ” presenta for mi berru.a usni.a eta berri.a bura”.

Como se ve el orden adjetivo + nombre es el germánico, contrario al nombre + adjetivo vasco. Hay también adaptación fonética de algún lexema vasco y uso incorrecto de la marca determinativa del cas onor (a) que se emplea con ambos miembros del sintagma mientras que en vasco solo puede acompañar al último.

En el libro comentado hay un ejemplo de jerga vasco-romaní. Romaní, idioma de los gitanos emigrados en el s. X del N.W. de la India y próximo al punjabí. En este caso el romaní es la lengua lexificadora y la gramática es la del euskera, lo que paraleliza nuestras jergas de canteros y otros oficios especializados y armoniza con el deseo de no ser entendidos y ocultar, en lo posible, un lenguaje secreto. El texto vasco dice: dose.ak ia (hambrientos casi) hil.e.an (en muerte) gabiltza (andamos) (estamos casi muertos de hambre). La jerga: “Bakalu.ak.mautu.an gabiltza” (lo subrayado con línea continua pertenece al vocabulario romaní, lo otro, a la gramática vasca).

Poco más sé de la cuestión, que me interesa extraordinariamente y de la que procuraré mayor conocimiento. Al socaire del estudio de las lenguas malayas en general y, sobre todo, del indonesio, surge un tema que me parece de gran interés: la formación de nuevos lexemas o palabras por el empleo de las técnicas del acrónimo y de las siglas en la composición. Así como la abreviación de vocablos, empleados después aisladamente o en unión de otros. Todas ellas pueden combinarse y de hecho se realizan en una gran variedad de supuestos.

Si uno ojea un periódico, cualquier periódico de nuestro país, se observa fácilmente que las palabras-sigla y las palabras-acrónimo (o su combinación) se muestran en ámbitos muy específicos, sobre todo en el lenguaje político, económico y administrativo-institucional y con un número de ocurrencias perfectamente tolerable para la fluidez y comprensión del lenguaje escrito: PP, PSOE, UP, PC, ONU, BCE, URSS, OTAN… Estas palabras-sigla se pronuncian o se leen en general tal como están escritas, salvo las que resultan equívocas (v.g. UP) o no muy corrientes para la generalidad (BCE).

Palabras compuestas por unión de fragmentos (iniciales o no) de otras, son menos frecuentes que las palabras-sigla. Aparecen sobre todo en el ámbito institucional (el militar, especialmente) donde están plenamente justificadas por la longitud de los sintagmas (Instituto para el Desarrollo de la Paz y la Cooperación Internacional puede escribirse y pronunciarse “Indepacóin”, por poner un ejemplo). Así encontramos IMSERSO, JEMA,… Una palabra formada en parte con una sigla (palabra escrita UVigo) se lee normalmente como el sintagma “Universidad de Vigo”.

La abreviación de las palabras es cosa del lenguaje oral (y coloquial o familiar): tele, bici,… que según la ocasión más o menos todos utilizamos otras como “porfa” en vez de por favor, de uso, me parece mayoritariamente juvenil y femenino, son francamente rechazables. Si hay una tendencia a la abreviación de bases léxicas hay que ponerla en relación con el lenguaje de los mensajes enviados por móviles. Hay una evidente retroalimentación en un sector de la población. En general todas estas nuevas palabras son mulos, es decir, estériles. No presentan derivación, salvo excepciones, y también pocos morfemas (vg. el de plural “los pces”).

Los países que han estado sujetos en Europa a las dictaduras nazi y comunista presentan un número mucho mayor de este tipo de palabras. Destacan la Alemania de Hitler y especialmente la URSS. Hay una clara relación entre un Estado dictatorial y la utilización de acrónimos y siglas que facilitan ocultar con su aspecto neutro, siniestros significados. Utilización que manifiesta también una clara voluntad de poder y de destruir por el totalitarismo la democracia natural de la lengua.

Recordemos, entre las más siniestras en alemán “SS” y “Gestapo”. En la Rusia soviética, este tipo de formaciones léxicas tuvo un enorme alcance en el ruso, en el que además los nuevos vocablos estaban sujetos, en su mayor parte, a la flexión nominal y verbal, y también a la posibilidad de derivación: entre los corrientes para un lector de lengua española: Konsomol, Sovjós, Koljós, PCUS, Gulag, NKVD, KGB, Komsostáf, Komsot, Sovimformbiuró, Politbiuró,…

Pero consideremos ahora el caso del indonesio, con el que comenzamos estas notas. Bajo el régimen autoritario de Sukarno y la larga dictadura de Suhartu se desarrolló con tremenda fuerza una corriente (que continúa en pleno vigor en la actualidad, más o menos democrática) de abreviación de bases léxicas y de composición de nuevas bases mediante el empleo de siglas, acrónimos y de bases abreviadas (también empleadas aisladas). Los especialistas hablan de “glotonería” del hablante de indonesio, por el empleo de estas técnicas que se extienden al conjunto del vocabulario (nombres comunes y propios) y a veces a las partículas y adverbios (palabras-instrumento).

Es imposible leer un periódico si no se conoce este vocabulario artificial. Continuamente surgen diccionarios de siglas y acrónimos para verse superados rápidamente.

Veamos algunos ejemplos de estas palabras “inisial”, “acronim” y “singkatan” (abreviación) que invaden en los cotidianos todos los dominios de la comunicación, de las cuales las más usadas se convierten en nuevas palabras de la lengua: sobre una oración que significa “estar de pie sobre las propias piernas” se formó un verbo-acrónimo “berdikari” (no contar más que con las propias fuerzas, no depender de nadie”. O “repelita” (plan de desarrollo de cinco años, plan quinquenal”. “Neocolim” es neocolonialismo, imperialismo. “Abris”, Fuerzas Armadas República Indonesia. “Orla” y “orba” es orden antiguo y nuevo, con referencia a los tiempos anterior y posterior al dictador Sukarto. También hay “gestapu” con un significado menos siniestro que su casi homófono nazi, pero que también se las trae (movimiento treinta de septiembre, que supuso la matanza de más de medio millón de indonesios comunistas o sospechosos de serlo). No hay institución que no tenga su palabra-acrónimo o -sigla. Pero también ocurre el fenómeno en el lenguaje corriente. “Jardín zoológico” es en indonesio “kebon binatang” (jardín de los animales), el acrónimo es “bonbin”. Estar sin una “pela” se dice con el bolsillo seco, “kantor kering” acrónimo “kanker”. Y así indefinidamente. En el caos de los nombres propios indonesios se encuentra uno con el eufórico nombre de una chica “emarliti”, acrónimo de 6.marzo.53, fecha de su nacimiento.

Todos los nombres geográficos tienen su acrónimo: “Timor timur” (timor oriental) “Timtim”. “Jawa barat” (Java occidental), Jabar. “Kalimantan selatan” (Borneo meridional) “Kalsel”.

El colmo se alcanza cuando un sintagma como “Instituto para la Planificación de la Paz y de la Población” el acrónimo correspondiente es “in.pe.tres” (por las tres palabras que empiezan por P). O cuando se escribe “OKB”, por “Orang Kaya Baru” (nuevo rico).

Como se ve, sin conocer todo este vocabulario es imposible enterarse del contenido de un diario. Desconozco las actitudes de las personas cultivadas frente a esta proliferación de bases acronómicas y en general las condiciones sociológicas en que se desarrolla. Pero creo que, más allá de unos límites, es una grave patología lingüística no solo en el caso del indonesio, sino en todas las lenguas. Una jerga artificial que las bastardiza y que, en la medida que invada el lenguaje oral, conduce a la opacidad de los significados y a velar parentescos con lenguas próximas y con las que hay mayor o menor intercomprensión. Palabras a las que se pueden aplicar los procedimientos de derivación usuales en la lengua, conservándose así la gramática pero con un léxico diferente.

Se unen de esta forma, como apunté antes, dos poderosas tendencias: el intervencionismo autoritario del poder que convierte al toro bravo de la lengua en manso buey para mejor controlar a los ciudadanos y el infantilismo de las comunicaciones y mensajes por móviles en las antípodas de un pensamiento crítico y complejo.

Una reacción es imprescindible.

SEPTIEMBRE, 25

El veintidós de septiembre del corriente año ha fallecido en nuestra ciudad, a los ochenta y nueve años de edad, don Enrique Olivié, buena persona y sabio doctor, ginecólogo de profesión, que atendió y resolvió con pericia el nacimiento de mi hija, y regalando en todo momento cordialidad y simpatía. Desde entonces es paseante habitual por las avenidas de mi pensamiento y lo seguirá siendo en el tiempo que me reste de vida. Amigo, ¡que te sea leve la tierra!

Ginecología. Además de su significado técnico, a la luz de la consideración poética, la palabra tiene resonancias especiales. El semantismo de logos en griego antiguo es riquísimo y hay que estudiarlo en sus contextos de ocurrencia, es decir, no se puede realizar una enumeración aislada de significados sin tener en cuenta los empleos particulares. Apuntemos aquí vagamente el aura poética de la palabra, oscurecida por el reduccionismo técnico: ginecólogo, el que se ocupa con el logos de lo femenino, vaguedad que estimula la imaginación.

SEPTIEMBRE, 23

Más sobre la casa museo de Álvaro Cunqueiro en Mondoñedo y sobre cuya musealización opiné en una entrada anterior. En una reciente ocasión me decía una prima vasca, Rosa, que la visitó en el curso de un viaje, acerca de la importancia de la cocina si se quiere mostrar la vida o ambiente cotidiano de un escritor que habitó largos años, en una atmósfera tradicional, casi de antiguo régimen, un pequeño pueblo. Y justamente ese espacio que fue cocina se halla cerrado. Cerrado, por haberse clausurado el inútil restaurante incluido en el museo y en el que se prepararían los platos servidos por el mismo.

Tiene toda la razón. Esa cocina tuvo una importancia extraordinaria en la vida cotidiana de Cunqueiro, en unión del faiado en el que soñaba, con los ojos en el bosque de Silva, y escribía. Es paradójico que los dos espacios esenciales, cunqueirianos hasta la médula, hayan sido tan maltratados por la ignorancia insensible, uno cerrado y el otro, falseado. Recuerdo los largos años de los cuarenta y cincuenta y después, intermitentemente, en sus temporadas en Mondoñedo, la utilización cordial y cálida de la amplia cocina, lugar también de las comidas cotidianas y de las sobremesas y de las visitas de confianza.

El horno de leña, con los vapores de la madera de carballo, un patíbulo de jamones y tocinos colgados del techo, entreverados de greas de chorizos y chanfainas.

Mi padre, cómodamente instalado detrás de la mesa observaba atento las diversas operaciones que ejecutaban las mujeres de la familia y las diferentes criadas o ayudantes temporales, incluidas las diversas preparaciones de la carne del cerdo casero, consecutivas a la matanza. Siempre había algún crego o canónigo ilustrado sentado a la mesa y el rumor de la animada conversación rimaba bien con el del hervor del caldo o del guisado.

Comiendo un día, ruidosos, mi padre reclamó silencio. Por la radio se anunciaba el lanzamiento del primer satélite humano, el Sputnik ruso. Emocionado, oía el “pi, pi, pi” del mismo. Seguro que pensaba que su imaginación, la de Julio Verne y la de tantos otros tenía ya un compañero de viaje que la confirmaba. En un artículo defendió al nobel italiano, el poeta Quasimodo, cuando éste elogió el éxito tecnológico de la URSS y fue atacado por los anticomunistas. Quasimodo, en una cordial carta, agradeció el apoyo recibido. Todo esto ha sido ya publicado.

Muchos años más tarde relacioné aquella cocina con humos y nieblas de una vida muy antigua, hoy ya desaparecida entre nosotros, que envolvía y servía de fondo a la más avanzada tecnología del satélite, con ciertos ambientes de Los Ángeles de “Blade Runner”.

Pues bien, todo esto tenía que estar recogido en paneles explicativos y mantenida en lo posible la atmósfera tradicional de la cocina (que era mucho más que una cocina) con ayuda del correspondiente aparato fotográfico. Y lo mismo vale para la buhardilla, como escribí en una entrada anterior.

Así resulta que el fracaso de la casa museo es total, un naufragio vergonzoso por la destrucción de su alma que expresaban los dos espacios esenciales. Pero si está escrito que la tristeza no cesará nunca, tampoco acabará la ignorancia y con unos resultados mucho más devastadores.

SEPTIEMBRE 21

Diada del once de septiembre.

            Un tratamiento mediático que trasluce el deseo de su fracaso. Los periódicos españoles destacan un nivel de asistencia inferior al de otros años del que infieren consecuencias negativas para el “procés” pero estamos en presencia de oscilaciones debidas a múltiples causas, entre ellas las diferencias tácticas y estratégicas en el camino hacia la república catalana y de las que no deriva nada significativo. En cualquier caso la cifra de asistentes ha sido enorme. Y que orgullo pertenecer a un pueblo que año tras año llena las calles y plazas de Barcelona, en defensa de sus derechos nacionales.-

            Lo decisivo son otras cosas, por ejemplo, el rápido aumento del voto independentista que llega a una situación de empate técnico con el voto llamado “constitucionalista”, aunque con mayoría absoluta de escaños en el parlamento, debida, como siempre en estos casos, al sistema electoral. La mayoría llega a ser aplastante si se suma a todos los partidarios del referendo, independentistas y no independentistas.-

            Este voto a favor de la independencia no puede más que crecer, cualesquiera que sean las diferencias sobre el ritmo, la uniteralidad del proceso…diferencias en gran medida dependientes de las oportunidades y dificultades de la coyuntura política. No habrá marcha atrás. Los logros alcanzados y los pasos recorridos son irreversibles: El desbordamiento de las instituciones del estado por la acción del movimiento independentista, su enfrentamiento a todos los poderes del estado, el rechazo a la monarquía borbónica, superada ya históricamente en Cataluña, la desconexión sentimental y práctica de gran parte del país con relación al estado español, sobre todo, el poderoso símbolo del referendo del uno de octubre y la proclamación de la república catalana. Todos estos acontecimientos son hitos en un proceso imparable, aunque hay que reconocer que en la hora de proclamación de la república, los dirigentes políticos nacionalistas no estuvieron a la altura del entusiasmo popular, como si les embargara un temor o sintiesen vértigo en el camino de ruptura con el estado, temor y vértigo claramente superados por la marcha del proceso.-

            Y que ceguera la de los que menosprecian esa “república inexistente” pues su existencia es de otro orden y constituye un eficaz polo reunificador de acciones y entusiasmos.-

            No sé si aún hay tiempo para una gran reforma constitucional que conduzca a una confederación ibérica que pueda articular diversos estados nacionales en pié de igualdad con el estado de la nación española y cuya capital no podría ser Madrid. Tampoco sé si esto satisfaría a las naciones del estado o si se detendría con ello la hemorragia hacia el voto independentista, pero la realización constitucional de ese proceso político parece más bien fruto del pensamiento poético si se tiene en cuenta la realidad política-española. El estado español es la articulación institucional de la mítica nación española, construida sobre una base castellanoandaluza pasada por el filtro del prisma madrileño y sus dirigentes son incapaces de comprender cosas como la plurinacionalidad, las diferencias de culturas y de lenguas en pie de igualdad y no como meras peculiaridades históricas nacionales, arroyos que desembocan en el construido mar único de la historia española. Basta recordar una expresión reciente del presidente Sánchez “mi proyecto para Cataluña es el mismo que para Extremadura”. Está claro el horizonte de su comprensión al no reconocer la existencia de las naciones catalana, vasca,…mucho menos el derecho a un estado propio. Y ni siquiera el tímido reconocimiento de la nación cultural supone progreso alguno, se identifica la cultura española oficial con la cultura de todos los españoles y se menosprecian las culturas “periféricas” a las que se presta una distraída y condescendiente atención. Cultura oficial, como ocurre en el plano político, sometida al reduccionismo madrileño. Y desde esa visión, exasperadamente centralista, se trata de arcaico y superado al nacionalismo de los otros en este momento europeo, lo que no se aplica al español. Y no hay argumentos y solo descalificaciones contra la justa pretensión de estar presentes en Europa, sin la intermediación de Madrid.-

            Es fácil augurar la inamovilidad de esta ceguera centralista radical y que, en consecuencia, va aumentar la conflictividad nacional en España paralelamente al aumento del voto independentista. Un factor decisivo para romper el actual equilibrio es la integración en las naciones catalana y vasca de los descendientes de la gran masa de emigrantes españoles, sin perjuicio de la afirmación irrenunciable de los idiomas propios en la enseñanza y en la administración. Esa integración se verá tremendamente facilitada por el reconocimiento del español como lengua materna de numerosos catalanes y vascos, al lado del catalán y del euskera y por ello como lengua de sus naciones y de sus luchas políticas. Un español que expresa y vehicula una cultura catalana y una cultura vasca, influido por los idiomas de substrato y adstrato, como el español de Méjico, de Argentina, de Perú…, netamente diferentes del castellano que será el idioma de España capital Madrid pero término odioso para un nacionalista si ambiciona designar a su español.-

            En fin, mientras en Madrid sigan viviendo su particular “el mundo según Garp” (en lugar de este sintagma póngase, si se quiere, la generalización de lo particular como definición de lo eterno español o una constitución mítica de un país inexistente), los procesos de construcción nacional se irán afirmando en el estado, bajo el ejemplo catalán y vasco y los resultados electorales arrojarán mayorías nacionalistas inmanejables por los Sánchez y Casados de turno. Que harán entonces, mandarán los tanques?.-

            Y que pasa con Galicia, como se aplica lo anterior a nuestra nación gallega? Nadie duda que somos una etnia antropológica y culturalmente muy diferente, quizás el pueblo más diferenciado entre los pueblos de España. Pero la articulación política de esa diferencia no se acaba de producir, la fuerza política nacionalista que históricamente ha liderado la lucha por el reconocimiento político de la nación gallega, con altibajos, se halla estancada en un nivel electoral que le niega toda decisividad. Cuáles son las causas, es necesario preguntarse del abismo entre esa máxima diferenciación cultural y la traducción política mínima, enana, de la misma?. Aparte luchas internas y fragmentación política, multiplicación de liderazgos que dificultan reagrupaciones mayoritarias en torno a determinados objetivos (todo lo cual forma parte del paisaje de la cultura gallega, de la idiosincrasia del gallego) en mi opinión, la causa fundamental de esa desarmonía es el problema de la lengua. Las fuerzas políticas nacionalistas y las organizaciones culturales que dirigen o influyen, utilizan exclusivamente el gallego e identifican la lucha política por Galicia con la lucha política por el reconocimiento y primacía del gallego y al español, con el castellano de la cultura opresora española. Identificación que arrebata toda legitimación al español en Galicia y conduce a la aspiración de una Galicia monolingüe en gallego. Omite la realidad del español como lengua materna de una mayoría de gallegos y no ve como la cultura gallega es vehiculada por dos lenguas, una de ellas, el español muy diferente del castellano de España y de los otros españoles del mundo a causa de las influencias fonéticas, léxicos, morfológicas y sintácticas del gallego, en definitiva, un instrumento idóneo escrito y hablado para la expresión de nuestro horizonte cultural gallego. En la narración literaria es ello evidente en Valle Inclán y en todos nuestros escritores posteriores que escribieron en español.-

            Se paraliza así a la hoy mayoría gallega de lengua materna española, incapacitada de avanzar hacia posiciones políticas nacionalistas al exigírsele una renuncia a su lengua materna, una renuncia a la que nadie está dispuesto por ser equivalente a la renuncia del propio ser. Nunca habrá una nación política gallega, nunca será hegemónico el nacionalismo gallego si excluye al español, si lo considera un adversario al que hay que combatir. Puede solicitar el nacionalismo todos los sacrificios salvo uno, la renuncia a la lengua de instalación en el mundo.-

            Y a la sombra del nacionalismo, la exclusión cultural del español se persigue en el ámbito de profesores y escritores monolingües en gallego, que con frecuencia desempeñan ambas tareas, y por las editoriales y medios a su servicio, no ya por idealismo político, sino por defensa de intereses particulares. Dándole la vuelta al dicho de Churchill “nunca tan pocos han causado tanto daño a Galicia”. Estoy convencido que si la actividad política nacionalista caminara sobre las dos lenguas maternas, su avance en Galicia sería inmediato y que llegaría a ser mayoritario con la incorporación generalizada de las clases medias de lengua española y la aparición de fuerzas políticas nacionalistas conservadoras, al lado de la izquierda nacionalista, desaparecido el obstáculo de la lengua.-

            Podemos imaginar lo que hubiera ocurrido en Irlanda si la lucha contra los ingleses la hubiera monopolizado el gaélico, con exclusión del inglés.-

            Una observación para finalizar: Con el tiempo se valorará cada vez más en Galicia la acción cultural, que fue también política, de las gentes, tolerantes y buenas, del grupo Galaxia, con sus realizaciones de valor permanente y que contrasta con la casi nula herencia que dejan los entonces jóvenes airados enfrentados a sus mayores. Nada importante ha destilado el paso de su tiempo y sobre todo, cuanto han impedido construir, al negar su esfuerzo y colaboración. Pero en las sectas del nacionalismo gallego de izquierdas y en sus aparatos y mundo circundante, el corazón de faraón está endurecido, como en Madrid. Y a pesar de todas las plagas bíblicas que les sobrevengan, creo que perecerán antes que reconocer sus errores, a su mítico “mundo según Garp”.-